Visitamos Arenys de Mar

Desde el pueblo de Sant Iscle de Vallalta tomamos el camino que parte de la carretera hacia Can Bosc. A dos kilómetros llegamos a Can Bosc, donde dejamos el coche. Para ascender al Montnegre seguimos el camino G.R. 5 (marca blanca y amarilla), que pasa por el cruce de Can Bosc.

Si queremos seguir una ruta alternativa, caminamos por la pista de la izquierda que hallamos antes de Can Bosc y, luego a la derecha, pasando por Can Xicrau, cruzamos un riachuelo que abastece la población (un letrero indica Aguas municipales, 1971).

Dejamos a nuestra izquierda una casa con una palmera y el camino nos conduce hasta el cruce de Can Feliga, mientras contemplamos los bosques del Montnegre al fondo.

Subimos a la izquierda, sin coger el próximo camino de la derecha. Pronto la pista describe una curva acusada a la izquierda, punto donde la abandonamos y entramos en un pequeño sendero que pasa junto a unas plantaciones, siguiendo el valle (30 m.).

Cinco minutos más y conectamos con una pista medio perdida y la seguimos a la izquierda. Un cuarto de hora más y encontramos una casa a la izquierda (camino particular).

Seguimos por el camino más claro, que muy pronto deja de ascender y planea hacia el Noroeste. Finalmente, conectamos con una pista más transitada (1 hora 5 m.), al pie de un esbelto alcornoque.

Marchando diez minutos a la derecha, sin tomar el próximo cruce a la derecha, encontramos un punto de paso casi obligado: Can Vives de la Cortada, una masía en ruinas que hasta hace medio siglo vivía de la explotación forestal y de las carboneras.

Desde aquí hasta el Coll de les Basses nos aguardan fuertes pendientes y experimentaremos un súbito cambio de vegetación al entrar en la bella Roureda d’en Vives.

Hay que seguir las marcas del G.R. 5. Una vez en el Coll de les Basses (2 h. 25 m.), seguimos el G.R. 5 cambiando de ladera hasta el Collet de les Alzines, donde contemplaremos unas encinas centenarias.

Sin dejar las marcas, en cinco minutos aparece otro cruce. Abandonamos el gran recorrido y seguimos a la izquierda, que pronto desciende bruscamente. Despreciamos el próximo camino de la derecha.

Después de cruzar dos pequeños torrentes, la ruta asciende hacia el Coli de Llorá (3 h. 10 m.). Giramos a la derecha, al Sur, y tras superar una curva a la derecha, un hito
nos marca el sendero que nos introduce en el torrente hasta alcanzar la Font del Llora, habitualmente con poco caudal.

Recuperamos la pista de arriba y la seguimos hasta el próximo cruce de cuatro caminos, tomando el que desciende a la derecha (3 h. 35 m.). Sin dejar de bajar, siempre por la pista más transitada, alcanzamos el Coll de Can Puliva (4 h.), aunque no debemos llegar a esta masía de camino privado.

En el cruce anterior a Can Puliva nos desviamos a la izquierda, por la pista marcada por una cruz negra sobre un fondo de pintura blanca. En cinco minutos, en el cruce en que hay una roca recubierta de musgo, seguimos por la izquierda hasta superar Can Camps (4 h. 15 m.).

Continuamos adelante sin dejar la marca blanca y negra, que nos conduce a Cal Paraire y diez minutos más adelante llegamos al pintoresco Pla dels Forcs, donde alcornoques, pinos y rocas graníticas redondeadas forman un paraje maravilloso.